La dulzura se te escurre en cada palabra que pronuncias, los 47 años resplandecen en tu sonrisa cabronamente sexxxi y cada noche exijo a Zeus que no te saque de mi cama nunca, que me atrapes siempre en -el-me-jor-lu-gar-del-mun-do, que me hagas reir hasta el delirio como lo has hecho desde que te conozco, que me vuelvas cursi y más cursi para inventar de nuevo la cursileria y que no pierdas jamás en la rutina la espontaneidad en la palabra, el ímpetu en los gritos, la fuerza en las desiciones, la ligereza bellísima de alas, la levedad en cada paso, TODO ESO QUE ADMIRO EN TI; mi compañero, mi adulterado (jajajaja) mi gringo irredento.
Te amo.
Brat
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