lunes, 5 de noviembre de 2007

Decía un colombiano...

amigo verdadero de pocos y mío tal vez, que "aveces uno se siente ¡tan lúgubre, tan lúgubre!..."
...Y sí. Hay tiempos en los que el biorritmo no da respuestas, entonces me acuerdo de la canción esa bonita de Ana Belén que dice: "Aveces mirando nubes me marcho lejos, aveces lo tengo todo y no me entretengo, aveces cuando estoy triste por todo lloro, ni dejo ni hago, no encuentro el modo, me miro dentro y no me conozco".
Perdonen la tristeza.
La Chayo se muda de casa al otro puto lado de la ciudad ¡caray! y se lleva consigo decenas de razones para sonreir; la escuela ha terminado y yo ando pseudo temblorosa en un laberinto de desiciones, (el Sábado fue un bello día; fui a Tepoztlan y me olvide de laberintos y patrañas), me siento lejos de eso (lo que sea) que era.
En otros asuntos: fui al concierto de Sabina y Serrat con papá; y fue una velada nostálgica, más aún cuando Serrat cantó "esos locos bajitos" y el cursi-antonio se puso nostálgico.
(Te adoro papá, son un tipo dulce, el más dulce y el más incorruptible que conozco, con la ética de un león libre).
En fin banda,hoy ando lúgubre como decía Carlos, el colombianito amigo de pocos.
Beso.

3 comentarios:

MÓNICA dijo...

A veces es bueno escuchar la nostalgia es eso algo de lo que nos hace sentir más humanos. Los laberintos siempre andan y lo mejor es que hay que insertanos en ellos.

MÓNICA dijo...

Y lo glorioso es luego salir, así nomas y ver que hay adelante, ya cada quien decide si regresa a perderse o sugie buscando.
Un beso siempre

Manuel dijo...

Sirvan los medios. Tener tiempos y cajitas con momentos...que no pesan y se pueden retomar o ni siquiera mirar, acorde a la presión sin peso de la nostalgia. A veces el café sin azúcar sabe agrio...otras veces es lo más dulce que existe.
Sigues siendo la mezcla de las dos mujeres de Don Julio...que te hace única.