miércoles, 21 de noviembre de 2007

Que los otoños te doren la piel...

Mi querido Anthony; beso tu boca pequeña con una suavidad inusual en mi y el cielo se me decanta en todo el cuerpo.
Que cada noche sea tuya y mia, que te reflejes en mis pupilas eternamente y que decoremos el infierno de los fuegos fatuos con pinceladas de amor en paroxismo.
Te amo.

No hay comentarios: