domingo, 5 de agosto de 2007

Ya saben quien es el de la foto ¿no?



Renata por fin decidió que mi sobrina no se llamara Morgana, sino ROMINA; lo cual me dejó pensando en la importancia que los hombres le damos a los nombres (verso sin esfuerzo) y cómo ellos marcan gran parte de nuestra identidad. También me acordé de un cuento para niños que se llamaba Tianguis de nombres, donde una cucaracha oportunista les vendía nombres a los bichitos para que adquirieran caché... jajajaja (me cae que les encantaría leerlo, y las ilustraciones en papel mantequilla eran una suculencia).
En fin.
Por otra parte, he andado leyendo las Odas de Ricardo Reis (Pessoa) y les comparto una de las mejores odas; por favor leanla con cuidado y con total deseo, espero que los asombre tanto como a mi no solo la idea de levedad (himno al desapego) que propone, sino la exquisita lírica del autor.
Escuchenlo pues:

Sabio el que se contenta con el espectáculo del mundo,

y al beber ni recuerda
que ya bebió en la vida,
para quien todo es nuevo
e inmarcesible siempre.
Corónenlo pámpanos, o yedras o volutales rosas,
él sabe que la vida
para por él y tanto
cortan a la flor como a él
de Átropos las tijeras.
Más el sabe hacer que el color del vino esconda esto,
que su sabor orgiástico
borre el gusto a las horas,
como a una voz que llora
el pasar de las bacantes.
Y él espera, alegre casi y bebedor tranquilo,
y solo deseando
en un deseo mal tenido
que la abominable ola
no lo moje tan pronto.

Abrazo y beso 9300 queridos lectores.

1 comentario:

Manuel dijo...

Suena mejor de quien lo vierte al aire con el sabor, aroma, calidez, sensualidad y peso, que masculla que mejor de Portugal...que no de Brasil....

Sábio é o que se contenta com o espetáculo do mundo,
E ao beber nem recorda
Que já bebeu na vida,
Para quem tudo é novo
E imarcescível sempre.

Ja, diría quien lo enseñó.