No pude poner es éste blog la fotografía real de Sacco y Vanzetti, tuve que saciar mi cobardía con esta abstracción de imagen; hoy hace ya casi 90 años del asesinato (uno de tantos) de hombres dignos a manos de la hipocrecia impérialista.
Vaya este escrito como un pequeño homenaje al silencio de la verdad, la resignación ante la injusticia, la mansedumbre ante la estupidez. Y de paso, un reclamo escrito y crudo a la cobarde actuación de Howard Fast cuando le lame el culo a la pseudo democracia gringa arrepintiendose por haber escrito esa belleza de novela que tanta justicia hizo a estos hombres.
Ahora pienso, que si el tiempo no fuese lineal como los buenos occidentales lo creemos, Sacco y Vanzzeti habrían coincidido con aquella frase del argentino loco que rezaba: "donde quiera que nos sorpenda la muerte, bienvenida sea".
Un beso en la frente a esos dos hombres bellos a quienes ni la descarga electrica más intensa y las palabras más bastardas contra ellos dichas han podido matar.
Abrazo 9300 lectores.