martes, 8 de abril de 2008

Fuegos fatuos o ¡va pa puta que vuela! (2)


Kali abrió los ojos una mañana, la mañana de su cumpleaños nueve; no le apetecía salir y caminar por las pinchurrientas favelas, gracias a su tía Merceditas prefería ponerse unos short rosas y caminar por la zona turística más cercana, masticar caramelos y creer que al crecer sería una de esas mujeres delgadas y glamurosas que turisteaban por Brasil con la naríz apuntando al cielo. Esa mañana se metió a la tina de baño y escucho desde la cocina un grito de su madre: "¡Vocé e uma menina terrivel, terrivel!" y se acerco a darle un par de bofetadas que Kali supo eran por haber tomado el lápiz labial de su madre.

El sol se encendía en el firmamento, húmedo, inclemente, como la pobreza, como el desencanto, como esa frustración de arribismo tan común en ese tercermundo.

Kali salió de la tina, seco su cabello rizado, se puso short rosa, pollerita verde y salió moviendo sus incipientes nalguitas mientras en sus ojos se veía un fuego profundo, apenas infantil, pero fuego al fin ya al cabo.


2 comentarios:

Gaby dijo...

Y que más, que más??...

Manuel dijo...

....¿no hay tantito extra?...o ya no metes la mano a esa olla...jejeje.

¿No miras que traes lectores?...