Jajajajajaja; resulta que Tony How andaba prendiendo un cigarrillo con unos cerillos zodiacales "Leo", entonces cuando resbaló la cabecita por la lija... ¡pum!, la cabecita salió volando apagandose inmediatamente. Un incidente cualquiera; pero como lo suyo lo suyo es la dramatización que yo no se si le fue dada de familia, por imitación o aprendida en los barrios del norte del continente; abrió tremendos ojos y dijo "¡No puede ser, estos cerillos son peligrosos! ¿¡viste eso!?, ¡¡¡Guaooo!!!!, ¡se prendió la cabecita y salió volando como fuego artificial!!!, ¡¡casi quema la cama!!!.
Mmmmm (me quedé pensando yo, antes de estallar en carcajadas) No cabe duda que si Cortazar hubiera visto la escenita tendría inspiración para uno de esos cuentos tragicomágicos, ficcionales y eruditos que narraban la vida cotidiana, algo así como un cerillo que incendia al mundo.
Pero como el viejo Julio ya murió, entonces lo mejor será acercarme a los ojos enormes enormes de Tony, besarlo eufóricamente en la boca y contarle que un argentino a quien también como a el le gustaban los gatos es uno de mis escritores favoritos...
Y amarlo más, como cada noche.
Brat.